Hoy, por ser la verbena de San Juan, quería publicar una supermegacoca de crema. Pero me ha salido un churro tan impresentable que no me veo con fuerza ni con ánimo de publicar la receta de la coca de crema y tampoco me parece ético.
La coca en sí fue un cúmulo de despropósitos.
Bueno, no seré tan negativa que si no mi hermana Eva se enfada conmigo. ¡¡¡Positiva, yo siempre positiva!!!
He de decir, que la crema pastelera me salió… mmmmm, (en breve publicaré la receta). Sólo os digo que mis hermanas Eva y Elena se la comían a cucharadas.
¿En qué momento me equivoqué?
No sé a que se debe el fracaso de la coca, si al levado, al calor, a los ingredientes o a la fuente de donde saqué la receta. De sabor estaba buena, pero de textura…. se deshacía entera. ¡¡¡Un desastre!!! y para que veáis que no miento os muestro el documento gráfico.
El primer levado que se suponía tenía que estar en una hora y media, tardó tan solo media hora, debido al calorazo que hacía en la cocina. ¡Qué bien la tendré lista en un periquete!… (pensé para mis adentros).
Me embadurné las manos de aceite para conseguir sacar esa masa pegajosa del vaso de la Thermomix, que por cierto ¡¡¡olía de maravilla!!!. La coloqué en la bandeja del horno sin demasiados problemas. Hasta aquí todo parecía correcto…
¡Pazuqui pincela, pincela!, pero se me olvidó pincelar la masa con huevo batido. Por lo que el brillo tan característico de las cocas brillaba por su ausencia(valga la redundancia).
Llegó el momento de la crema pastelera, la coloqué sin problemas en la manga, y al apretar para que saliera el churrito, se me rompió la manga y en vez de salir un churrito único salían varios. ¡Venga eramos pocos y parió la abuela!.
¡Pero yo siempre positiva!
Seguí adornando mi supercoca, y bueno daba el pego, pero… ¡oh! ¡¡¡horror!!! al tener que dejar levar la coca media hora más, la masa de la coca empezó a crecer y los churritos de crema empezaron a separarse. ¡¡¡Noooooo!!!. ¡Que no cunda el pánico! Esto lo arreglo yo añadiendo unos pegotitos ¡¡¡genial!!!
Bueno, yo seguía positiva (todavía no me había dado cuenta de que no había pincelado con huevo).
El olorcito de la Coca empezó a estar presente en mi cocina, y se fue extendiendo por el resto de la casa. Pues oye: ¡olía bien!…
Mientras esperaba el tiempo de horneado, me vino como una luz que me avisaba de otro despropósito: ¡¡¡Pazuqui, Pazuqui que no has pincelado…!!!.
Asomé la cabeza por la ventanita del horno. La coca un poco fea, sin brillo…, pero bueno era mi primera coca y siempre me han enseñado que lo que importa es la belleza interior.
La dejamos enfríar…
En casa los cuatro estabamos expectantes, impacientes. Faltaba nada para hincar el diente a la coca (que ya no era ni super, ni mega).
Por aquel entonces, ya había enviado alguna foto al chat de mi madre y hermanas de WhatsApp. Y las críticas no se hicieron esperar.¡¡¡ Le falta brillo!!!…¿Verdad Elena?. ¡¡¡Cachis se han dado cuenta!!!
Cuchillo en mano, los cuatro alrededor de la Coca. Corto la coca. Yo ya noto que la cosa no va bien, pero yo positiva…, parto un cachito pequeño temerosa de que no guste.Y la vocecita de Nachete se oye: ¡oh, oh!… mami parece que se rompe…
!La madre que le parió! todo el positivismo al carajo. Pero no, he de seguir positiva, yo positiva.
La coca fea, sin brillo, con la crema a trompicones, al cortarla se rompe, como que se desmiga ¿sabes?, pero olía genial, tiene que estar buena ¡¡¡fijo!!!.
Mi gozo en un pozo pero no me rindo… la probamos. ¡Ah pues de sabor esta buena, no esta mal! (Lo siento ya no tengo más documento gráfico)
Repartimos la coca entre la familia tanto como pudimos. Luis formó parte activa en el reparto (hizo subir a casa a la abuelita Lola, a por su ración y la del abuelito Pepe), y he de decir que el niño al parecer fue generoso. Creo que se veía comiendo coca hasta el día del juicio final.
Algunos la probaron (los que no estaban sobre aviso), otros ya no se atrevieron. Unos repitieron añadiendo crema, otros con un trocito tuvieron suficiente. Pero lo que si es cierto es que de sabor no estaba mal.
De todas maneras como buen Tauro, no pienso rendirme, de los errores también se aprende, y quien sabe si para la verbena de San Pedro vuelve a haber cata.
¡¡¡Temblad familia!!!